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“Si, soy octubrista” POEMA

“Si, soy octubrista”
(Por Miguel Ángel Rojas Pizarro)

Si soy octubrista,
soy estudiante, soy profesor,
soy trabajador, soy padre
Octubrista somos todos.
Soy un soñador que salió a la calle
con un sueño y una bandera de lucha:
un país más justo,
un país que sea para todos
y no solo para los herederos del privilegio.
Con el tiempo me han llamado
violentista, incendiario,
delincuente, terrorista,
izquierdista, revolucionario.

Y sí,
soy revolucionario,
pero mi revolución nace del amor:
del amor por mis hijos y mis nietos,
por mis amigos, mis hermanos,
por el pan compartido entre compañeros
y la palabra y pensamiento libre.
Si soy octubrista,
soy radical,
pero un radical de las letras,
de los cánticos,
de las plazas encendidas
donde el pueblo volvió a reconocerse.
Jamás empuñé más arma o molotov

que mi voz,
ni más fuego
que el de la indignación.

He denunciado la corrupción
que devora los sueños,
la hipocresía de los poderosos
y la indiferencia de los que olvidan.
Y aunque el tiempo pase
y los noticieros intenten borrarnos,
Octubristas, nuestro nombre quedará en la historia,
porque la historia lava las manos sucias
y limpia las causas justas.
Soy octubrista hoy y siempre,
porque mientras existan injusticias,
el octubrismo volverá a brotar
desde el clamor popular.
Y digo más:
Octubrista somos todos.
Somos todo un pueblo
que soñó con un Chile sin privilegios,
un Chile digno, humano,
un Chile para todos.
El Chile que aún late en la memoria,
que aún vibra en las calles,
que aún canta en los ojos de los niños.
Hoy me duele el alma,
no por los golpes ni las cadenas,
sino por aquellos que marcharon con nosotros
y ahora nos apuntan con el dedo,
que olvidaron la fraternidad
y cambiaron la palabra “compañero”
por el silencio indiferente
o la comodidad de un puesto de gobierno.
Mis palabras no tienen amargura,
sino decepción.
Sean ellas el castigo moral
para quienes traicionaron el juramento
que hicieron ante el pueblo.
Pero tengo fe,
fe en Chile y su destino,
fe en que otros hombres y mujeres
superarán este tiempo gris y amargo
en que la traición pretende imponerse.

Y como una vez señaló el compañero Allende:
“Porque mucho más temprano que tarde,
se abrirán de nuevo las grandes alamedas
por donde pase el hombre libre,
para construir una sociedad mejor.”
Hermanas y compañeros octubrista:
no te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
¡Viva Chile!
¡Viva el pueblo!
¡Vivan los trabajadores!
¡Y viva el octubrismo,
porque el octubrismo somos todos!

Profesor de Historia – Psicólogo Educacional – Psicopedagogo

psmiguel.rojas@hotmail.com

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